martes, 26 de noviembre de 2019

No olvide su sombrero (poema)



Creo que ya encontré el camino.
Eso es lo más difícil.

Es lo mismo que pasa
con alguien que comete una falta:
la asume, se arrepiente, se le reinstaura en sociedad,
y luego, pese a comprender ya
el calibre de sus actos,
consciente del veneno que se sirve
y que reparte al llevarlos a cabo,
toma su voluntad, la copa hasta los bordes,
y se clava en el pecado hasta la náusea.

Como ya encontré el camino, me pierdo.
Pero sólo en mi interior,
en la decisión de si seguirlo o abandonarlo.
Eso es lo más difícil, insisto.
Porque el que ofende por ignorante ofende una vez,
el que mata con cizaña, mata dos.

La barranca no es menos inmisericorde
porque sepamos cuántos metros debemos escalar para salir
Si estoy en lo correcto, admito que siento algún alivio.
Pero aún así la pendiente no cede:
Saber que la pluma y el tintero están ahí,
como siempre han estado,
sólo desinflama una parte de los nervios.
Los restantes entran en un estado de alerta,
se erizan como lomo de gato
y a la menor amenaza de cambio
uno mismo se ensarta las garras en la cara.

A veces, el camino está hecho de dos caminos.
Y a veces el de uno está inundado o enfangado.
El ajeno se viste de primaveras,
de mañanas perezosas y conflictos de almohadas.
Entonces recuerdo por qué
es que esto es lo más difícil:
porque el camino al abismo es color rosa
y está pavimentado con cacao.
Mientras que para llegar allá,
donde uno se espera a sí mismo desde el nacimiento,
el sendero desaparece bajo la selva,
los pasos de otros humanos se van quedando atrás;
unos devorados por fieras
y otros tantos que se ven aún allí sentados,
esqueletos descansando en el fondo de sus zanjas.

Esto es, en fin, lo más difícil:
dejar un camino para encontrar otro camino.

La imagen del encabezado la encontré en el Instagram de art.rouniss

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No olvide su sombrero (poema)



Creo que ya encontré el camino.
Eso es lo más difícil.

Es lo mismo que pasa
con alguien que comete una falta:
la asume, se arrepiente, se le reinstaura en sociedad,
y luego, pese a comprender ya
el calibre de sus actos,
consciente del veneno que se sirve
y que reparte al llevarlos a cabo,
toma su voluntad, la copa hasta los bordes,
y se clava en el pecado hasta la náusea.

Como ya encontré el camino, me pierdo.
Pero sólo en mi interior,
en la decisión de si seguirlo o abandonarlo.
Eso es lo más difícil, insisto.
Porque el que ofende por ignorante ofende una vez,
el que mata con cizaña, mata dos.

La barranca no es menos inmisericorde
porque sepamos cuántos metros debemos escalar para salir
Si estoy en lo correcto, admito que siento algún alivio.
Pero aún así la pendiente no cede:
Saber que la pluma y el tintero están ahí,
como siempre han estado,
sólo desinflama una parte de los nervios.
Los restantes entran en un estado de alerta,
se erizan como lomo de gato
y a la menor amenaza de cambio
uno mismo se ensarta las garras en la cara.

A veces, el camino está hecho de dos caminos.
Y a veces el de uno está inundado o enfangado.
El ajeno se viste de primaveras,
de mañanas perezosas y conflictos de almohadas.
Entonces recuerdo por qué
es que esto es lo más difícil:
porque el camino al abismo es color rosa
y está pavimentado con cacao.
Mientras que para llegar allá,
donde uno se espera a sí mismo desde el nacimiento,
el sendero desaparece bajo la selva,
los pasos de otros humanos se van quedando atrás;
unos devorados por fieras
y otros tantos que se ven aún allí sentados,
esqueletos descansando en el fondo de sus zanjas.

Esto es, en fin, lo más difícil:
dejar un camino para encontrar otro camino.

La imagen del encabezado la encontré en el Instagram de art.rouniss

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miércoles, 21 de agosto de 2019

El Vigía y el Testigo (poema)



Promontorios
de arena húmeda,
impregnada de la niebla de sangre,
de pie, como acusando
los ultrajes antiguos.

La noche avanzó
natural e impostergable
y sus manos de tinta
asfixiaron a las luces, a los reptiles,
a los chasquidos de las rodillas viejas.

El Vigía permanece
sentado en el alféizar.
Su pacto con las sombras
le otorga una inmunidad solitaria.

Y el Testigo del pacto se limita,
como hace desde que el tiempo dejó de ser Nada,
a estirar los dedos largos y perezosos,
para registrar en sus archivos
los arcanos movimientos de la tierra.

Desde su trinchera, la vista es ominosa:
el valle negro que era verde,
la flor azul que era dorada,
el cielo vacío que estaba lleno,
el aire muerto que estaba vivo.

Algunos fuegos fatuos se encienden
y la cólera del que guarda las memorias se enciende.
Las eras de tareas errantes y de mareas de azares y oraciones
terminaron.

Cuando el sol retire las piedras de su sepulcro
y la boca femenina de la Noche regurgite al mundo
las piedras caminarán,
las ríos ascenderán en estelas de metal líquido,
las hojas y frutos traspasarán las fronteras de la tierra,
los gallos serán asesinados por las gallinas
y la música se escapará de los dedos y las gargantas
entre jirones de piel y sangre caliente.

Para reiniciar el ciclo hay que hacer el sacrificio:
arrancarse las uñas, zafarse los dientes, bailar con las manos, pensar con las tripas.
La rueda del tiempo se atasca a menudo
pero la sangre lubricará sus ejes,
formará túmulos húmedos y abrirá surcos nuevos en la arena
y cuando la noche regrese para tragarse la tierra,
el Vigía seguirá apostado
y el Testigo seguirá escribiendo.

Imagen de encabezado: The Wheel of Fortune,
 del tarot de InaAuderieth, tomada de aquí.

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El Vigía y el Testigo (poema)



Promontorios
de arena húmeda,
impregnada de la niebla de sangre,
de pie, como acusando
los ultrajes antiguos.

La noche avanzó
natural e impostergable
y sus manos de tinta
asfixiaron a las luces, a los reptiles,
a los chasquidos de las rodillas viejas.

El Vigía permanece
sentado en el alféizar.
Su pacto con las sombras
le otorga una inmunidad solitaria.

Y el Testigo del pacto se limita,
como hace desde que el tiempo dejó de ser Nada,
a estirar los dedos largos y perezosos,
para registrar en sus archivos
los arcanos movimientos de la tierra.

Desde su trinchera, la vista es ominosa:
el valle negro que era verde,
la flor azul que era dorada,
el cielo vacío que estaba lleno,
el aire muerto que estaba vivo.

Algunos fuegos fatuos se encienden
y la cólera del que guarda las memorias se enciende.
Las eras de tareas errantes y de mareas de azares y oraciones
terminaron.

Cuando el sol retire las piedras de su sepulcro
y la boca femenina de la Noche regurgite al mundo
las piedras caminarán,
las ríos ascenderán en estelas de metal líquido,
las hojas y frutos traspasarán las fronteras de la tierra,
los gallos serán asesinados por las gallinas
y la música se escapará de los dedos y las gargantas
entre jirones de piel y sangre caliente.

Para reiniciar el ciclo hay que hacer el sacrificio:
arrancarse las uñas, zafarse los dientes, bailar con las manos, pensar con las tripas.
La rueda del tiempo se atasca a menudo
pero la sangre lubricará sus ejes,
formará túmulos húmedos y abrirá surcos nuevos en la arena
y cuando la noche regrese para tragarse la tierra,
el Vigía seguirá apostado
y el Testigo seguirá escribiendo.

Imagen de encabezado: The Wheel of Fortune,
 del tarot de InaAuderieth, tomada de aquí.

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jueves, 25 de abril de 2019

Autofagocitosis (poema)



La batalla final
empieza todos los días.
El rol antagónico canta en el tejado
y el protagonista es un montón
de hojarasca amarilla.
La voz proviene
de un rostro familiar
que, sin embargo,
uno jamás ha visto

La orquesta se calla
porque la escena es terrible y hermosa:
las sangres fluyen y se mezclan,
las corrientes chocan sus cauces
sin desviarse
y las cenizas que se alzan,
disparadas desde los poros de la piel,
se enquistan en la atmósfera
e invocan rayos fulminantes.

El orbe de hueso
se estremece a cada paso
y la inmovilidad se convierte
en el arma del enemigo.
La intimidación
es una alabarda envenenada
arrancada de algún costado sagrado.

Escuchemos con terror
por un segundo
a las células destruyéndose entre sí;
el cuerpo reconociéndose como amenaza.
El cerebro apunta
a cada pequeña miga de enfermedad
y aniquila así pedacitos de sí mismo.
En la fiebre que abrasa a los intrusos,
se consume la carne que se busca salvar

Contraídas
y subyugadas
las vértebras se distancian entre sí,
magnetos de polaridad monócroma,
y el movimiento inicia:
danza sobre su eje, primero,
para lanzarse hacia el espacio azul,
después.

La cohesión desaparece.
Los brazos que mantienen unida a la materia
se arrancan unos a otros
y de la tragedia entrópica
que desmiembra los átomos celestes
surge una victoria alada,
la cruza de la Razón y la Pena,
híbrida del genocidio
y la inmolación propia,
y que viste los rostros
de aquellos dos actores
que se odian y se gritan
pero jamás pasarán de las palabras.

No se trata de destruir al cáncer.
Sino de enseñarle a destruirse a sí mismo.

La imagen del encabezado es la carta de la Muerte del tarot
hecho por el estupendo artista Micah Ulrich, y la tomé de aquí.

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Autofagocitosis (poema)



La batalla final
empieza todos los días.
El rol antagónico canta en el tejado
y el protagonista es un montón
de hojarasca amarilla.
La voz proviene
de un rostro familiar
que, sin embargo,
uno jamás ha visto

La orquesta se calla
porque la escena es terrible y hermosa:
las sangres fluyen y se mezclan,
las corrientes chocan sus cauces
sin desviarse
y las cenizas que se alzan,
disparadas desde los poros de la piel,
se enquistan en la atmósfera
e invocan rayos fulminantes.

El orbe de hueso
se estremece a cada paso
y la inmovilidad se convierte
en el arma del enemigo.
La intimidación
es una alabarda envenenada
arrancada de algún costado sagrado.

Escuchemos con terror
por un segundo
a las células destruyéndose entre sí;
el cuerpo reconociéndose como amenaza.
El cerebro apunta
a cada pequeña miga de enfermedad
y aniquila así pedacitos de sí mismo.
En la fiebre que abrasa a los intrusos,
se consume la carne que se busca salvar

Contraídas
y subyugadas
las vértebras se distancian entre sí,
magnetos de polaridad monócroma,
y el movimiento inicia:
danza sobre su eje, primero,
para lanzarse hacia el espacio azul,
después.

La cohesión desaparece.
Los brazos que mantienen unida a la materia
se arrancan unos a otros
y de la tragedia entrópica
que desmiembra los átomos celestes
surge una victoria alada,
la cruza de la Razón y la Pena,
híbrida del genocidio
y la inmolación propia,
y que viste los rostros
de aquellos dos actores
que se odian y se gritan
pero jamás pasarán de las palabras.

No se trata de destruir al cáncer.
Sino de enseñarle a destruirse a sí mismo.

La imagen del encabezado es la carta de la Muerte del tarot
hecho por el estupendo artista Micah Ulrich, y la tomé de aquí.

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miércoles, 13 de marzo de 2019

Retachment (poem)



The severed limb
shakes alone
and the biggest fragment
proceeds to the singing.

Brushstrokes
of purple smoke
depart from the pointy fingers
only to land softly,
like notes being sucked back
into the metal strings.

And the myriad particles,
with all their lives,
and all their tears,
reignite the screams
of matter and laws
and constitute the power
of radiant sunbeams.

The extirpation of the foreign bodies
is always a painful decision
and a torture when self imposed.
But the repositioning of the bones and tendons
grants a double pleasure:
the pain of coming back home,
the pain of refilling a phantom limb.

Finally,
the fruitless packets of air,
of dust and manequins' prayers
return to the void that was once home
and open their little mouths
to take the needle and the thread in,
trying
desperately
to be stitched back
to the pristine organism
from which they once exiled themselves
out of disgust,
disappointment,
hatred
and an accompanied solitude.

The headline illustration came from over here

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Retachment (poem)



The severed limb
shakes alone
and the biggest fragment
proceeds to the singing.

Brushstrokes
of purple smoke
depart from the pointy fingers
only to land softly,
like notes being sucked back
into the metal strings.

And the myriad particles,
with all their lives,
and all their tears,
reignite the screams
of matter and laws
and constitute the power
of radiant sunbeams.

The extirpation of the foreign bodies
is always a painful decision
and a torture when self imposed.
But the repositioning of the bones and tendons
grants a double pleasure:
the pain of coming back home,
the pain of refilling a phantom limb.

Finally,
the fruitless packets of air,
of dust and manequins' prayers
return to the void that was once home
and open their little mouths
to take the needle and the thread in,
trying
desperately
to be stitched back
to the pristine organism
from which they once exiled themselves
out of disgust,
disappointment,
hatred
and an accompanied solitude.

The headline illustration came from over here

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miércoles, 13 de febrero de 2019

Stasis (poema)


El tótem se desliza
Cobra conciencia de sus apéndices
Torpemente resbala
A través del tiempo
su paso es doble y doble su dificultad
La falta de veneración
le ha secado las palabras
Pero la voz interna resuena
lecho de monstruos
origen del caos
No deja de emanar la ansiedad
del alma
que se atropella a sí misma
Le constituyen las fibras
y éstas se quejan ante el movimiento
Y en un intento por mantenerse
por seguirse
y por saberse inamovibles
detienen el avance del ídolo
de éste que quiere ser y la niebla enceguece
de éste que quisiera ser el humo de la ofrenda
y no la piedra con rostro que la recibe
Cántaros de agua
salpicaduras de sangre
Los combustibles se arremolinan
en torno al aire espeso
Todo se ha puesto en contra
pese a que nunca ha estado a favor
No será hasta que la membrana se rompa
y hasta que el peso del aire
doblegue a la carne lignaria
que los humos se harán azules
las aguas grises y ligeras
y ascenderán con el estruendo del rayo
saltando entre cerro y cerro

Carbón
hijo de soberanos pasados
Vida latente que al despertar mata
el tronco de vida falsa
que al no moverse muere
y al despertarse y sacudirse
canta

La ilustración del encabezado la tomé de por acá

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Stasis (poema)


El tótem se desliza
Cobra conciencia de sus apéndices
Torpemente resbala
A través del tiempo
su paso es doble y doble su dificultad
La falta de veneración
le ha secado las palabras
Pero la voz interna resuena
lecho de monstruos
origen del caos
No deja de emanar la ansiedad
del alma
que se atropella a sí misma
Le constituyen las fibras
y éstas se quejan ante el movimiento
Y en un intento por mantenerse
por seguirse
y por saberse inamovibles
detienen el avance del ídolo
de éste que quiere ser y la niebla enceguece
de éste que quisiera ser el humo de la ofrenda
y no la piedra con rostro que la recibe
Cántaros de agua
salpicaduras de sangre
Los combustibles se arremolinan
en torno al aire espeso
Todo se ha puesto en contra
pese a que nunca ha estado a favor
No será hasta que la membrana se rompa
y hasta que el peso del aire
doblegue a la carne lignaria
que los humos se harán azules
las aguas grises y ligeras
y ascenderán con el estruendo del rayo
saltando entre cerro y cerro

Carbón
hijo de soberanos pasados
Vida latente que al despertar mata
el tronco de vida falsa
que al no moverse muere
y al despertarse y sacudirse
canta

La ilustración del encabezado la tomé de por acá

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lunes, 21 de enero de 2019

Exorcismo (poema)


Fuera
Te ordeno
No trates de negociar conmigo
Aleja este peso de mi espalda
Regrésame la capacidad de llenar mis pulmones con aire
Saca tus garras de hueso de mi carne
Ahora mismo
Te lo comando
Te lo comando en nombre de los yo que están por venir
Por los que estás matando con cada minuto que me haces seguir aquí
Muerto
Podrido
Agusanado
Te destierro a gritos y en silencio de mis células
No importa a quién quieras infectar
Pero despréndete de mi
Te permito llevar un trozo mio
Si con eso me deshago de tu carga
Si con eso sacas de mis manos tus clavos
Y quitas de mi cuerpo esta cruz
Habrás de secar tus raíces
Que ya tienes esparcidas suplantando mis nervios
No sorprende que me haya quedado inmóvil, pétreo
Te expulso de este reino que era mio y que ahora se contrae y arde
Te maldigo por las horas que desangraste frente a mi
Mientras te burlabas por la cínica ofrenda
Por qué a mi ya no me sirven los restos de esos muertos
La parálisis quédatela y trágatela
Y cuando salgas de mi garganta
Te prohíbo hacerme saber tu nombre
La maldición de saber quién eras no me ha ayudado a devolverte al abismo
Por el contrario, al conocerte, te he dado la entrada y la silla que ahora ocupas
Convertida en trono maldito en el fondo de mis ganas
Despréndete como el humo que sale de la leña
Y aunque entre gritos de odio llegue a pedirte que te quedes
Te condeno a morir de nuevo si decides regresar
La imagen la tomé de por aquí

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Exorcismo (poema)


Fuera
Te ordeno
No trates de negociar conmigo
Aleja este peso de mi espalda
Regrésame la capacidad de llenar mis pulmones con aire
Saca tus garras de hueso de mi carne
Ahora mismo
Te lo comando
Te lo comando en nombre de los yo que están por venir
Por los que estás matando con cada minuto que me haces seguir aquí
Muerto
Podrido
Agusanado
Te destierro a gritos y en silencio de mis células
No importa a quién quieras infectar
Pero despréndete de mi
Te permito llevar un trozo mio
Si con eso me deshago de tu carga
Si con eso sacas de mis manos tus clavos
Y quitas de mi cuerpo esta cruz
Habrás de secar tus raíces
Que ya tienes esparcidas suplantando mis nervios
No sorprende que me haya quedado inmóvil, pétreo
Te expulso de este reino que era mio y que ahora se contrae y arde
Te maldigo por las horas que desangraste frente a mi
Mientras te burlabas por la cínica ofrenda
Por qué a mi ya no me sirven los restos de esos muertos
La parálisis quédatela y trágatela
Y cuando salgas de mi garganta
Te prohíbo hacerme saber tu nombre
La maldición de saber quién eras no me ha ayudado a devolverte al abismo
Por el contrario, al conocerte, te he dado la entrada y la silla que ahora ocupas
Convertida en trono maldito en el fondo de mis ganas
Despréndete como el humo que sale de la leña
Y aunque entre gritos de odio llegue a pedirte que te quedes
Te condeno a morir de nuevo si decides regresar
La imagen la tomé de por aquí

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sábado, 24 de marzo de 2018

Entre la espada y la espada (poema)


Puedes hincarte
junto a tu ventana y orar.
Pueden los demás
alzar piras
alimentadas por gritos
Y puedes enviar tus barcos
al borde del mundo
con las velas llenas de fe
el casco repleto de pólvora
y toneles de alcohol.

Si quiero puedo ser la Justicia de Dios en la Tierra
El brazo que aplaste las resistencias
La caricia que abrace a aquellos que sobrevivan

Pero también puedo sentarme junto al río
y ver pasar las cosechas
Puedo ver abrirse los frutos de las mujeres
y abrir las cabezas de los invasores
Puedo sepultar a las generaciones anteriores
o revivirlas en las que broten de mi
así como puedo negarme a cantar con el cuerpo
o a danzar con mis palabras
sobre las ascuas de la fogata

Al final los resultados,
aunque opuestos,
equidistantes:

Las curvas del camino
los puertos a que arribemos
los extraños sometidos
los conocidos derribados
los frutos comidos
y los fuegos de artificio
se avivan con la misma brisa
Las pestes desatadas comen una sola carne
y las guerras convocadas enfrentan a una sola ciudad

Esto entiendo
y convivo con ello
en mi celda y en mi palacio,
desde mi trono y mi púlpito
y repito
Al final, todas las vidas se reducen a transitar
entre la espada y la espada.

Fotografía que acompaña al poema tomada por mi en Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México

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Entre la espada y la espada (poema)


Puedes hincarte
junto a tu ventana y orar.
Pueden los demás
alzar piras
alimentadas por gritos
Y puedes enviar tus barcos
al borde del mundo
con las velas llenas de fe
el casco repleto de pólvora
y toneles de alcohol.

Si quiero puedo ser la Justicia de Dios en la Tierra
El brazo que aplaste las resistencias
La caricia que abrace a aquellos que sobrevivan

Pero también puedo sentarme junto al río
y ver pasar las cosechas
Puedo ver abrirse los frutos de las mujeres
y abrir las cabezas de los invasores
Puedo sepultar a las generaciones anteriores
o revivirlas en las que broten de mi
así como puedo negarme a cantar con el cuerpo
o a danzar con mis palabras
sobre las ascuas de la fogata

Al final los resultados,
aunque opuestos,
equidistantes:

Las curvas del camino
los puertos a que arribemos
los extraños sometidos
los conocidos derribados
los frutos comidos
y los fuegos de artificio
se avivan con la misma brisa
Las pestes desatadas comen una sola carne
y las guerras convocadas enfrentan a una sola ciudad

Esto entiendo
y convivo con ello
en mi celda y en mi palacio,
desde mi trono y mi púlpito
y repito
Al final, todas las vidas se reducen a transitar
entre la espada y la espada.

Fotografía que acompaña al poema tomada por mi en Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México

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martes, 6 de marzo de 2018

Las hojas casi nunca caen en otoño (poema)



Vivo dentro de la sombra
de un árbol
Vivo en las entrañas
de la sombra de un árbol
Las ramas caídas
bajo
el peso
del
follaje
me encierran dentro como colmillos de una celda
Sin muros que oradar
y sin cortezas que mascar,
paso los días vitoreando al pasto que crece
Envidio a las ardillas ladronas
y a los carroñeros nocturnos
No sólo por la capacidad de andar en sus asuntos
que tienen y no aprecian
Sino por la capacidad que,
les he visto,
de traspasar la cerca de agujas
que me aisla
del resto
de mi persona
Porque la corteza del cerebro es insípida
y los muros que se levanta
separan al árbol del bosque entero

La imagen titular del poema es una ilustración tomada de acá.

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Las hojas casi nunca caen en otoño (poema)



Vivo dentro de la sombra
de un árbol
Vivo en las entrañas
de la sombra de un árbol
Las ramas caídas
bajo
el peso
del
follaje
me encierran dentro como colmillos de una celda
Sin muros que oradar
y sin cortezas que mascar,
paso los días vitoreando al pasto que crece
Envidio a las ardillas ladronas
y a los carroñeros nocturnos
No sólo por la capacidad de andar en sus asuntos
que tienen y no aprecian
Sino por la capacidad que,
les he visto,
de traspasar la cerca de agujas
que me aisla
del resto
de mi persona
Porque la corteza del cerebro es insípida
y los muros que se levanta
separan al árbol del bosque entero

La imagen titular del poema es una ilustración tomada de acá.

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lunes, 5 de junio de 2017

Polilla (poema)


I don't fly around your fire anymore - Audioslave

Cataratas de limón caliente y
de semillas de fuego
caen entre los pastos verdes
y, pese al rocío de la noche previa,
se incineran entre mil grititos de hojas
mientras los núcleos de la llaman entran,
se entierran
y comienzan a tejer su cobija de raíces.
Su cama de rocas recién nacidas,
fundidas y enfriadas
tantas veces
y en tan poco tiempo,
son finalmente digeridas por los jugos de la entraña.

Luego llegó el otoño:
incendio natural de la vida;
inmolación espontánea y gustosa
de los reflejos que danzan para dispersarse como ascuas.

¿De dónde sale entonces la ira?
En los bípedos terrosos va injerta,
pero no parece haber salido de la matriz férrea
puesto que ésta no enfurece,
contra el rayo que la desgrana y enrojece.
Muy por el contrario
retoma sus propios pedazos
y construye más allá de lo que antes
su inocencia le habría recomendado.

Los calvos seres,
ruidosos amantes de nadar contra la corriente,
se han embelesado,
como polilla ante las luces,
con la idea de hacer que la cabeza de su vecino
estalle en colores cálidos
como cuando la yesca baila.

Cuelgan desde el cielo
los puentes leñosos
y se adhieren a su propósito masoquista
de arder para retoñar y florecer.
¿Será la diferencia la sustancia compositiva?

Si nuestros miembros fueran ramas
y los cráneos granadas maduras,
¿sabríamos ver lo que se nos ofrece,
lo que en abundancia se nos regala
como energía potencial e inacabable,
en cada ocasión en que creemos
que la vida nos traiciona
y traspasa con la electricidad de su espada?

Fotografía tomada por mi en el sitio arqueológico de Monte Albán, Oaxaca, México.

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Polilla (poema)


I don't fly around your fire anymore - Audioslave

Cataratas de limón caliente y
de semillas de fuego
caen entre los pastos verdes
y, pese al rocío de la noche previa,
se incineran entre mil grititos de hojas
mientras los núcleos de la llaman entran,
se entierran
y comienzan a tejer su cobija de raíces.
Su cama de rocas recién nacidas,
fundidas y enfriadas
tantas veces
y en tan poco tiempo,
son finalmente digeridas por los jugos de la entraña.

Luego llegó el otoño:
incendio natural de la vida;
inmolación espontánea y gustosa
de los reflejos que danzan para dispersarse como ascuas.

¿De dónde sale entonces la ira?
En los bípedos terrosos va injerta,
pero no parece haber salido de la matriz férrea
puesto que ésta no enfurece,
contra el rayo que la desgrana y enrojece.
Muy por el contrario
retoma sus propios pedazos
y construye más allá de lo que antes
su inocencia le habría recomendado.

Los calvos seres,
ruidosos amantes de nadar contra la corriente,
se han embelesado,
como polilla ante las luces,
con la idea de hacer que la cabeza de su vecino
estalle en colores cálidos
como cuando la yesca baila.

Cuelgan desde el cielo
los puentes leñosos
y se adhieren a su propósito masoquista
de arder para retoñar y florecer.
¿Será la diferencia la sustancia compositiva?

Si nuestros miembros fueran ramas
y los cráneos granadas maduras,
¿sabríamos ver lo que se nos ofrece,
lo que en abundancia se nos regala
como energía potencial e inacabable,
en cada ocasión en que creemos
que la vida nos traiciona
y traspasa con la electricidad de su espada?

Fotografía tomada por mi en el sitio arqueológico de Monte Albán, Oaxaca, México.

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miércoles, 24 de mayo de 2017

Labios de grana (poema)

Supuración
valiosa como el oro
que impregna la boca:
un par de labios resecos que insistes en deformar como sonrisa.

Se tiñen tu barbilla y tu cuello magullado
en una espiral sensual y decadente.
Las líneas rojas desvían mi vista,
encajonan mi campo de visión
borroso e indolente de por sí.

No pareciera cierto lo que apenas sospecho
y por eso me dejo envolver en tus plumas largas.
En un arranque de fiebre estúpida
te pido que me desgranes,
como al maíz,
con tus garras de águila.

Me entrego como serpiente inútil,
como lagarto helado que espera a que el sol salga.
Y miro desde mi escondrijo
asustado pero esperando
que, sin mayor dilación,
te metas al agujero conmigo.

Otros me lo advirtieron
aunque ellos mismos no se hicieron caso:
A esa violenta dama
de labios color de grana
no te le debes acercar,
menos dejar que su abrazo te confunda.
Porque con la misma calidez que abrasa
y te acoge en su lecho,
te sofoca,
te asfixia,
te tortura,
te secuestra,
te apuñala,
te disuelve,
te cuelga,
te desmiembra,
te aplasta,
te atropella,
te desaparece,
te entierra,
te desmemoria,
te revende,
te doblega
y te exprime,
todo de tal manera que,
mientras te aplasta entre los dedos,
como inofensiva cochinilla,
te hace decir que la amas.

«Asta bandera» pintura de Daniel Lezama. 2010, tomada, para mero acompañamiento del poema, de: http://www.drexelgaleria.com/artistas/daniellezama/semblanza.html
Créditos al autor

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Labios de grana (poema)

Supuración
valiosa como el oro
que impregna la boca:
un par de labios resecos que insistes en deformar como sonrisa.

Se tiñen tu barbilla y tu cuello magullado
en una espiral sensual y decadente.
Las líneas rojas desvían mi vista,
encajonan mi campo de visión
borroso e indolente de por sí.

No pareciera cierto lo que apenas sospecho
y por eso me dejo envolver en tus plumas largas.
En un arranque de fiebre estúpida
te pido que me desgranes,
como al maíz,
con tus garras de águila.

Me entrego como serpiente inútil,
como lagarto helado que espera a que el sol salga.
Y miro desde mi escondrijo
asustado pero esperando
que, sin mayor dilación,
te metas al agujero conmigo.

Otros me lo advirtieron
aunque ellos mismos no se hicieron caso:
A esa violenta dama
de labios color de grana
no te le debes acercar,
menos dejar que su abrazo te confunda.
Porque con la misma calidez que abrasa
y te acoge en su lecho,
te sofoca,
te asfixia,
te tortura,
te secuestra,
te apuñala,
te disuelve,
te cuelga,
te desmiembra,
te aplasta,
te atropella,
te desaparece,
te entierra,
te desmemoria,
te revende,
te doblega
y te exprime,
todo de tal manera que,
mientras te aplasta entre los dedos,
como inofensiva cochinilla,
te hace decir que la amas.

«Asta bandera» pintura de Daniel Lezama. 2010, tomada, para mero acompañamiento del poema, de: http://www.drexelgaleria.com/artistas/daniellezama/semblanza.html
Créditos al autor

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