viernes, 16 de mayo de 2014

La danza de la lluvia (poema)

Saltos
de comadreja blanca
volteretas enfermas hacia atrás
arqueas la espalda
como cuando el vómito
en muchas formas esto es igual
pero placentero.

Equinoccio de luces desfallecientes
el occidente parece comenzar a hundirse entre brumas
entre olas verdes
entre arena sangrante

De la vera orilla de los nuevos mares
te alzas
como la espuma de la polución
como humareda de incienso
La canela chamuscada me eriza la piel
su aroma filoso me llena de llagas
de cortes
me hace jirones que vuelan cuando bailo junto a la música

Porque mi corazón es una máquina de tambores
es una orquesta percutora
de metales
de vientos vivos
de cuerdas pulsadas por dedos invisibles
por chasquidos de roedor en celo

Y la danza última
la que se hace bajo la lluvia entre nuestra gente
La conoces
La actuamos
la sentimos mientras se precipitan las gotas hasta sisear en las brasas
y mientras seguimos bailando
Los chorros tamborilean a dueto con las manos en los cueros tensos
los talones comienzan a arder
a sangrar
a deleitarse en su dolor nocturno
Y poco a poco las voces callan
y sólo se oye la arena
la tierra
las piedras que machacamos con pies desnudos
porque llevamos eones bailando
como gotitas
erosionando con pequeños besos
la superficie entera de la tierra.

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La danza de la lluvia (poema)

Saltos
de comadreja blanca
volteretas enfermas hacia atrás
arqueas la espalda
como cuando el vómito
en muchas formas esto es igual
pero placentero.

Equinoccio de luces desfallecientes
el occidente parece comenzar a hundirse entre brumas
entre olas verdes
entre arena sangrante

De la vera orilla de los nuevos mares
te alzas
como la espuma de la polución
como humareda de incienso
La canela chamuscada me eriza la piel
su aroma filoso me llena de llagas
de cortes
me hace jirones que vuelan cuando bailo junto a la música

Porque mi corazón es una máquina de tambores
es una orquesta percutora
de metales
de vientos vivos
de cuerdas pulsadas por dedos invisibles
por chasquidos de roedor en celo

Y la danza última
la que se hace bajo la lluvia entre nuestra gente
La conoces
La actuamos
la sentimos mientras se precipitan las gotas hasta sisear en las brasas
y mientras seguimos bailando
Los chorros tamborilean a dueto con las manos en los cueros tensos
los talones comienzan a arder
a sangrar
a deleitarse en su dolor nocturno
Y poco a poco las voces callan
y sólo se oye la arena
la tierra
las piedras que machacamos con pies desnudos
porque llevamos eones bailando
como gotitas
erosionando con pequeños besos
la superficie entera de la tierra.

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lunes, 12 de mayo de 2014

From the byes (micro ensayo)

Va de nuevo el río a torcerse en escabrosos acantilados y recodos. Y uno ha de seguir el cauce por escandaloso que sea. Ha de seguir uno haciéndose el muerto mientras camina entre devotas señoras de negro.
Como un viento fresco refresca, también refresca el tornado mientras arranca tu casa desde el subsuelo. Así la vida mientras te acaricia suavemente el entrecejo, te clava un arpón entre las costillas. Es normal, claro, y no hay que estarla cuestionando. Es una dama calculadora y paranoica. Mejor darle por su lado...mejor dejar que nos ahogue en incertidumbres a que nos dispare una certeza en el paladar.
Así yo también me alegro y no. Retomo la bitácora porque retomo el camino. No es que lo haya dejado, sólo que mi camino se detuvo mientras yo repostaba: energía, amigos, cariño, holgazanería. Sí, bueno y malo hay que reponerlo sino el organismo trastabilla por el desequilibrio y puede caer en aguas cenagosas.
En fin, también el agua turbia de la noche me ha llevado río abajo y por eso ando acá con Bohren y el club deambulando por aceras perdidas de Chicago, de Nueva York, barriales defeños o andadores tapatíos (nada le piden los últimos a los primeros). Sólo es eso, tampoco me estoy muriendo, na'más me gusta sacar lo poquito para que no se convierta en lo mucho.
Y también estoy feliz, porque de nuevo vienen los retos, las laderas escarpadas, las pérdidas de visión, de juicio, del jugo interno, de que el encéfalo pierda el norte magnético, de hacer que los demás lo recobren aunque uno no sepa para dónde apuntar la escopeta.
Eso me gusta, y por eso vivo como vivo. Lo escogí para mí. Escogí esta vida, si bien no para ser permanente. Aunque he descubierto que rápidamente me está drenando las fuerzas, o son los momentos apacibles, quietos, en los brazos de ella, los que me hacen bajar de mi nube viajera y querer quedarme sentado un rato contemplando el atardecer en vez de ir corriendo, buscando atrapar un crepúsculo inacabable.
¡Salud y a poner pies en polvorosa!

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From the byes (micro ensayo)

Va de nuevo el río a torcerse en escabrosos acantilados y recodos. Y uno ha de seguir el cauce por escandaloso que sea. Ha de seguir uno haciéndose el muerto mientras camina entre devotas señoras de negro.
Como un viento fresco refresca, también refresca el tornado mientras arranca tu casa desde el subsuelo. Así la vida mientras te acaricia suavemente el entrecejo, te clava un arpón entre las costillas. Es normal, claro, y no hay que estarla cuestionando. Es una dama calculadora y paranoica. Mejor darle por su lado...mejor dejar que nos ahogue en incertidumbres a que nos dispare una certeza en el paladar.
Así yo también me alegro y no. Retomo la bitácora porque retomo el camino. No es que lo haya dejado, sólo que mi camino se detuvo mientras yo repostaba: energía, amigos, cariño, holgazanería. Sí, bueno y malo hay que reponerlo sino el organismo trastabilla por el desequilibrio y puede caer en aguas cenagosas.
En fin, también el agua turbia de la noche me ha llevado río abajo y por eso ando acá con Bohren y el club deambulando por aceras perdidas de Chicago, de Nueva York, barriales defeños o andadores tapatíos (nada le piden los últimos a los primeros). Sólo es eso, tampoco me estoy muriendo, na'más me gusta sacar lo poquito para que no se convierta en lo mucho.
Y también estoy feliz, porque de nuevo vienen los retos, las laderas escarpadas, las pérdidas de visión, de juicio, del jugo interno, de que el encéfalo pierda el norte magnético, de hacer que los demás lo recobren aunque uno no sepa para dónde apuntar la escopeta.
Eso me gusta, y por eso vivo como vivo. Lo escogí para mí. Escogí esta vida, si bien no para ser permanente. Aunque he descubierto que rápidamente me está drenando las fuerzas, o son los momentos apacibles, quietos, en los brazos de ella, los que me hacen bajar de mi nube viajera y querer quedarme sentado un rato contemplando el atardecer en vez de ir corriendo, buscando atrapar un crepúsculo inacabable.
¡Salud y a poner pies en polvorosa!

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miércoles, 7 de mayo de 2014

Haikús I (poema)

Noche trabada,
abre llagas de lluvia.
Ahóganos ya

Alternativa
es una parábola más.
Secuestro del ser.

El diluvio cae
mientras las calles mueren
por su soledad.

Fue primavera.
El viento confudido
trajo la lluvia.

Aún sin saberlo:
porque sintió el deseo;
por eso cae hoy.

Los rayos abren
como pétalos del mal
Ellos me traen paz.

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Haikús I (poema)

Noche trabada,
abre llagas de lluvia.
Ahóganos ya

Alternativa
es una parábola más.
Secuestro del ser.

El diluvio cae
mientras las calles mueren
por su soledad.

Fue primavera.
El viento confudido
trajo la lluvia.

Aún sin saberlo:
porque sintió el deseo;
por eso cae hoy.

Los rayos abren
como pétalos del mal
Ellos me traen paz.

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