El último de la vuelta...
El último poema del año;
las últimas frases que leerás de mí
en este ciclo insensato y arbitrario
que rige nuestras vidas.
Ya mañana seremos otros;
seremos sombras líquidas cambiando de forma
en los rincones oscuros del salón principal
goteando intermitentes mientras el tiempo
se agota como el oxígeno del vaso
ahogando la vela poco a poco.
Y las horas suben las paredes con garras brillantes,
y los días se desbarrancan dejando sólo polvo tras de sí,
y los jaguares nos rugen al pasar por los antiguos caminos
trazados en el aire húmedo de la selva.
¡Sujétate de mi brazo, que el mundo se nos viene encima,
como avalancha de recuerdos y vivencias no sucedidas!
¡Aléjate de las llamas que acarician a los momentos expirados,
que manan de la pira donde arden juntos los justos y los maldicientes!
¡Y engancha tu boca en la mía como si no existiera otra cosa
en el espacio que nos circunda, oloroso, enervante, luminoso!
las últimas frases que leerás de mí
en este ciclo insensato y arbitrario
que rige nuestras vidas.
Ya mañana seremos otros;
seremos sombras líquidas cambiando de forma
en los rincones oscuros del salón principal
goteando intermitentes mientras el tiempo
se agota como el oxígeno del vaso
ahogando la vela poco a poco.
Y las horas suben las paredes con garras brillantes,
y los días se desbarrancan dejando sólo polvo tras de sí,
y los jaguares nos rugen al pasar por los antiguos caminos
trazados en el aire húmedo de la selva.
¡Sujétate de mi brazo, que el mundo se nos viene encima,
como avalancha de recuerdos y vivencias no sucedidas!
¡Aléjate de las llamas que acarician a los momentos expirados,
que manan de la pira donde arden juntos los justos y los maldicientes!
¡Y engancha tu boca en la mía como si no existiera otra cosa
en el espacio que nos circunda, oloroso, enervante, luminoso!
Etiquetas: poesía