jueves, 9 de mayo de 2013

Aves cantinas

Los tiempos de nuevo se dejan ver a lo lejos con sonrisas gigantes de colmillos deformes. Su monstruosidad no es inusual pero sí distinta. El mismo techo compartido por aliados y enemigos, por esperanzas y grilletes que se debaten por el dominio de almas en desgracia que se les ocurre pasar por ahí.
Los imperios y despotismos terminan en la guillotina, a manos del pueblo.

Qué diablos yo quería escribir algo bonito.
Ahí va algo bonito para contrastar de madrazo con lo anterior:

Silencioso cardenal
Mudo desde ayer
Caminando por entre las hojas aplastadas
la hierba quebradiza que nos cubre la cara
Comete el error
Deja que la duda te haga resbalar y caer en brazos ávidos
Cae en mi trampa
Que el silencio te tortura como torturó a cientos de corderos idiotas antes

...just when you think, you left me blind...

En las esquinas y grietas
el eco de nuestros cuerpos ausentes
arriba, el mar de lágrimas rojas
La ceguera me traga los pensamientos
Me ciega el gusto
Me mata el tacto
Ceguera corporal
Ausencia de todo
Carroña maldita
Rosas del desierto
                           abiertas
                                       sonrosadas
                                                        olorosas
De tu boca
suelta
brotaron las     líneas
líneas torcidas

líneas imposibles en geometrías absurdas
líneas que adentraste en mi carne, la traspasaste con ellas
endoscopía del órgano cardiaco
biopsia de mis pensamientos
Y al final
luego de todo
en  último lugar
tu cara linda e inocente
burlandose de mi diagnóstico nefasto.

Un pájaro rojo en la ventana
intenta sin éxito cantar una melodía

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