Dry martini mix
Un martini seco.
Unas notas profundas, vibrantes, reverberan entre tus muslos.
Te hundes en las sábanas como la aceituna, como una roca al fondo de un estanque invisible.
Sorprendes.
Prometes pecados imposibles de perdonar incluso por el dios más misericorde.
Me aseguras las llamas del infierno y más calor que ése sobre tu regazo.
El humo gris brota de entre tus dientes, de tu nariz, de tus ojos,
desde tus pies asciende como dedos de muerto.
Déjame ciego.
Reza conmigo, para mi...Reza por la perdición de mi alma.
Devórame con tus siete cabezas, ahógame al fondo de tu copa, conviérteme en la aceituna.
Un martini seco.
Grilletes cálidos al tacto, firmes al movimiento, renuentes a abrirse.
Unas notas profundas brotan de tu garganta, vibrantes;
reverberan en mi cabeza tus palabras siseadas en mi oido:
Unas notas profundas, vibrantes, reverberan entre tus muslos.
Te hundes en las sábanas como la aceituna, como una roca al fondo de un estanque invisible.
Sorprendes.
Prometes pecados imposibles de perdonar incluso por el dios más misericorde.
Me aseguras las llamas del infierno y más calor que ése sobre tu regazo.
El humo gris brota de entre tus dientes, de tu nariz, de tus ojos,
desde tus pies asciende como dedos de muerto.
Déjame ciego.
Reza conmigo, para mi...Reza por la perdición de mi alma.
Devórame con tus siete cabezas, ahógame al fondo de tu copa, conviérteme en la aceituna.
Un martini seco.
Grilletes cálidos al tacto, firmes al movimiento, renuentes a abrirse.
Unas notas profundas brotan de tu garganta, vibrantes;
reverberan en mi cabeza tus palabras siseadas en mi oido:
Expiaré todas y cada una de tus culpas.
Etiquetas: Bitácora de viajero, Pensamiento, poesía
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