martes, 23 de julio de 2013

Son rojo

Llueve.
Oigo la lluvia que me mandó alguien muy querido. Me echó lluvia porque se la pedí. Eso es cariño.
La música es droga. Ando muy musical...muy vibracionista.
Me leyeron el tarot. Me leyeron la cara de dirección amarilla, solo que sonrojada.
Sentí el pasto crecer bajo mis uñas. Mientras yacía sobre tu espalda. Me desintegraba en el instante porque quería disolverme en él. Para permanecer en él.
Disculpa la intromisión y la sorpresa, pero ya estoy ahí. A medio disolver en tu habitación. Soy como azúcar mojada.
Un instante imposible de prolongar se convirtió en horas cortas. En un anochecer prematuro, precoz, insolente. ¡Sácame de aquí o no me iré nunca! Siempre y cuando sea de tu mano.
Rojas las ascuas que de mi canción brotaron. Los dedos sanguinolentos y la pascua muerta de los niños.
Que se ahogaron tantas veces. Tan idiotas e infantiles. Tan inocentes.
¡Tan cobardes! ¡TAN COBARDES! ¡AQUÍ AHOGAMOS A LOS COBARDES!
Por eso tomé el valor.
Por eso me convertí en ráfaga de viento.
Por eso me metí entre tus labios.
Por eso avivé las ascuas...quería ver si podía provocar un incendio.

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