miércoles, 7 de octubre de 2009

La eternidad puede esperar

Sombras que se dilucidan sobre tu espalda
observando por la ventana, bailan al ritmo de los tambores de guerra y
la melodía la completan los demonios que cantan ocultos en la noche.
Levanta la mirada que la negación espera riendo entre dientes
y tomándote por la camisa para que observes su faz de sonrisa descarnada.
Camino escoltado por acantilados hacia la tierra onírica donde los atardeceres se prolongan por días y las ruinas fantásticas de tiempos olvidados se yerguen tercas en su lucha contra el tiempo...cada día que pasa es otra batalla ganada.
Para nosotros, aquí sentados, la eternidad puede esperar.
Si al final somos estatuas labradas de la misma piedra
y la erosión nos ha borrado el rostro y la identidad
¿que más da que reventemos en una nube de sal y polvo y nos dejemos conducir por el viento que acompaña a los demonios en su cántico nocturno?
La eternidad puede esperar.
Y no nos detendrán los titanes apostados frente al camino.
Ya con la vista fija en el horizonte
¡que se astillen las rocas antiguas a nuestro paso
y las mareas más profundas hiervan en ansiedad espumosa!
Si al final somos demonios que cantan a la luna y observan dentro del refugio del ser donde las formas se confunden en eterna pasión irracional...la eternidad puede esperar.

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