lunes, 19 de enero de 2015

The crops (cuento)

Imagen de "Over the Garden Wall" de Cartoon Network
Danzaban. Los niños calabaza saltaban de puntitas entre los cultivos dorados, chispeantes.
Sus dientes dibujados con cuchillo se torcían en sonrisas pulposas y en cantos de muerte y campos sin fin.
La familia miraba desde el porche. Sentados en mecedoras crocantes. Sentados en semicírculo. Contemplando la danza entre niños y cultivos. Debajo yacía el resto de la familia y siendo la época propicia esperaban acercarse lo suficiente para que ellos, en sus celdas eternas bajo tierra los escucharan y se unieran a la fiesta.
Otoño.
Esa época del año en que los muertos vienen a vivir un rato y los vivos abrazan la muerte y bailan chocando sus mocasines pero sólo como promesa de danzas por venir.
Las hojas se arremolinaban y bailaban también como los arcos de mil violinistas en una orquesta de fantasmas.
Curiosamente la noche no parecía querer descender al mundo. Se demoraba tal vez por miedo, tal vez por precaución. Pero inevitablemente llegaron los últimos rayos del sol y los parientes, incluso los más lejanos se abrieron paso entre el sedimento y los granos para unirse a la fiesta que en realidad apenas comenzaba. 
Los gritos llenaban aquel campo que palpitaba al ritmo del choque de los huesos, del crepitar de las flamas, al ritmo de amores muertos que revivían para reconocer sus descarnados muslos, sus falanges desnudas. Más que sentir lástima por lo que faltaba sentían que ahora eran capaces de entregarse mutuamente por completo, sin ataduras cárnicas o limitaciones físicas que impidieran a sus almas entre mezclarse y salpicar de entre los costillares, asomarse juntos entre unas quijadas, abrazarse a un esternón, jugar con las falanges restantes en cada mano. Y es que muchos de ellos descubrían que en la muerte, luego de la vida, el amor que se profesaban dos almas alcanzaba a perdurar pese a la tierra, pese a los gusanos, pese a los días y pese a las tantas noches sin sustancia.

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2 comentarios:

Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

Muchos lo dicen, sé que es un cuento, pero muchos dicen eso del amor. Será porque se siente de esa forma. Yo nunca he sentido eso :/

8 de marzo de 2015, 20:03  
Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

Ah! Me veré la serie que invitas a ver sin querer.

8 de marzo de 2015, 20:59  

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