Profecía de la resurrección
Yo te revivo.
Te infundiré mi aliento Escribiré sobre tu piel tu nombre y luego el mio. Porque parte de mi estará en ti.
Y cobrarás más vida que nunca, y jamás amanecerá de nuevo para nosotros.
Nuestras noches serán eternas entregados al fuego y al viento. Inundaremos nuestros cuerpos con el sabor del cuerpo del otro. Nos respiraremos. Nos beberemos. Nos añejaremos y cambiaremos de forma. Y aún despues de tantos episodios maniaticos, el sol no se levantará.
Los muertos volverán a morir de la envidia que nos tendrán. Los imperios surgirán y volverán al polvo en llamas mientras tú y yo seguimos ahogados, suspendidos en un beso, un abrazo, un orgasmo infinito que se multiplique a través de cada célula hasta que la mente no pueda con ello y agonice de cariño, de cansancio y de placer.
Te infundiré mi aliento Escribiré sobre tu piel tu nombre y luego el mio. Porque parte de mi estará en ti.
Y cobrarás más vida que nunca, y jamás amanecerá de nuevo para nosotros.
Nuestras noches serán eternas entregados al fuego y al viento. Inundaremos nuestros cuerpos con el sabor del cuerpo del otro. Nos respiraremos. Nos beberemos. Nos añejaremos y cambiaremos de forma. Y aún despues de tantos episodios maniaticos, el sol no se levantará.
Los muertos volverán a morir de la envidia que nos tendrán. Los imperios surgirán y volverán al polvo en llamas mientras tú y yo seguimos ahogados, suspendidos en un beso, un abrazo, un orgasmo infinito que se multiplique a través de cada célula hasta que la mente no pueda con ello y agonice de cariño, de cansancio y de placer.
Etiquetas: Bitácora de viajero, Grito
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