jueves, 25 de marzo de 2010

Cadáver exquisito

A continuación, un poema resultado de un ejercicio de cadáver exquisito en el intento de clase de redacción (y no, no estudio Letras ni mucho menos) que nos fue adjudicada. Las frases en cursiva son aquellas 3 con las que debíamos armar el resto del texto. Es de mencionar, no sé bien porqué, que no entregué este ejercicio. Degusten:

Entre los matorrales incipientes
que crecen en la estepa de tu cama,
los animales jugarán sus labios,
hincarán sus garras en la carne.
Después, ya de noche, tras la caza del día
los escorpiones en mi espalda
me exhortan a levantarme.
Los arbustos en la escalera
murmuraron tras mis pasos
en el momento en que la iguana
aleteó en el pasillo frente a mí
,
para después posarse aguda en mi hombro.
La voz de las sombras me llevó al valle que es el jardín.
A mis pies la Luna se asoleaba en la alcantarilla sucia
y se bamboleaba silenciosa al ritmo de tus caderas
que se acercaban silenciosas tras de mí, acechando.
Y súbitamente el jardín vuelve a ser
la sabana salvaje en que me cazas,
el colchón estepario en que nos trenzamos
en fatídico duelo
del que sólo uno saldrá victorioso.

Redactado el 18 de marzo de 2010

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

hola aquí hablando planta de maíz jejeje sabes lo mucho que me gustó éste poema :P, que no me queda mas que decir "magnifique"

29 de marzo de 2010, 0:04  
Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

Pues aunque no estén en letras (y aunque en letras no hacemos eso), les quedo muy bueno, por no decir exquisito (que sería mamón) jaja :)

30 de marzo de 2010, 18:24  

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