Otras sangres
La sangre es una forma en que vemos materializada el alma, o parte de ésta. Las huellas de sangre son pedazos de la vida de un ser que se le escapa líquida entre las manos. La violencia que implica el desprendimiento en grandes cantidades del tibio carmesí puede abrumar y atontar al espectador.
La sangre es el humor líquido por excelencia: transporte de gozos y sufrimiento, emisario de maldiciones de padres a hijos, malformaciones y demás regalos divinos ramificándose del pecado original, ingrediente negro y principal de la sangre humana.
Cuando la sangre hierve dentro de las arterias, las consecuencias no podrían ser más dispares: odio, deseos de muerte, asesinatos de familias o salones de clases enteros perpetrados mientras bullía la hemoglobina; úlceras y migrañas autoinflingidas a aquellos necios que se tragan su propia rabia, pensando que pueden ahogarla al cerrar la boca...
El deseo incontrolable y animal de dos cuerpos cuyo calor casi desnaturaliza la estructura de la sangre que burbujea entre jadeos, que se evapora entre los dedos, el combustible humano que recorre los labios abiertos goteando desde la punta la lengua, la condensación rojiza y perlada que embarra de tonos cálidos la piel mientras ésta quema los dedos ambiciosos que se tuercen en su búsqueda del grial en que se deposita la sangre mayor, la sangre máxima, el flujo venenoso que entorpece y pierde a los seres en un remolino donde, el uno al otro, se terminan extrayendo hasta la última gota de vida líquida que se esfuma en un aliento de gusto metálico.
Etiquetas: Antifilosofía, Pensamiento
1 comentarios:
Lograste confundirme, hasta que recordé el titulo atrapé la idea. A veces me resultas muy complejo, pero creo que el secreto para degustar tus pensamientos siempre es descifrar la otra cara de tu moneda. El tejido sonoro nunca ha sido un problema para ti, bien sabes cómo y de qué hacerlo. Tienes buen oído.
Esto me parece una oda cruzada con tu característica huella filosófica (¿o antifilosófica?). Un buen trabajo... sugiero que le eches una leída para que puedas corregir esas cosillas gramaticales q se escaparon por la agitación ante la ráfaga de inspiración.
Te quedó chingón.
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